Big Data ¿es posible almacenar todo sobre nosotros?
Las organizaciones (grandes o pequeñas) están almacenando datos estructurados y no estructurados de millones de usuarios. Esta práctica posibilitará a las organizaciones de prestar un mejor y mas personalizado servicio. Desde conocer nuestros gustos y preferencias de compra. Hasta que lugares nos interesa ir de vacaciones o sugeriros un restaurante para el vienes en la noche. Estos datos o big data, parten de diferentes orígenes y diferentes formas en que son capturados.
Por un lado están los software transaccionales como ser un sistema administrativo y de gestión (ERP). Estos software registran pagos, facturas, presupuestos y la contabilidad de una organización. Por otro lado, los sistemas que apoyan a los equipos de servicio al cliente, ventas y marketing, como un CRM (Customer Relationship Management). Aquí es donde se apuntan las consultas, las reuniones, los emails enviados, las respuestas a las campañas realizadas, la ventas logradas. A lo anterior le debemos sumar la información de todas las transacciones formales que recolecta el gobierno, la administración pública local, los seguros, las tarjetas de crédito y los bancos.
Y considerando que los servicios digitales provistos por empresas privadas también se almacenan, es fácil imaginar a que se refiere el Big Data. El Big Data es toda nuestra información y de empresas u organizaciones. Solo que a volúmenes masivos de datos.
¿Que más están almacenando estas organizaciones?
Las búsquedas en internet que realizamos, las páginas que visitamos, la música que escuchamos, las películas que vemos. Las compras que hacemos para el supermercado. Los regalos de navidad, el día de la madre o de los enamorados. Nuestra actividad en las redes sociales, las marcas que nos gustan, lo que escribimos en un mensaje de texto. Las fotos de familiares o amigos que recibimos, incluso lo que expresamos en una llamada por teléfono o Skype.
Toda esta actividad es monitoreada, registrada, estructurada, analizada y … comercializada. El big data es utilizado a nuestro favor o contra, dependiendo del lado que estamos. Cada vez que utilizamos Google, Facebook, Instagram, Twitter, Linkedin, Netflix, WhatsApp, Skype, Evernote. La lista sigue … Snapchat, Slack, TripAdvisor, Amazon, Mercado Libre, Spotify, los mapas en nuestro celular. Al utilizar estos servicios y aplicaciones estamos alimentando de información a este «gigante» que habita en la nube.
Pero vale la pena recordar que la nube no se encuentra en el cielo. La nube o «cloud» representa conceptualmente a miles de equipos interconectados. El «gigante», en cambio, representa a quien pueda pagar por esa información, de manera legal mediante contratos de publicidad. O por el contrario, a quien pueda obtenerla de manera fraudulenta hackeando a estos servidores (equipos). Servidores que guardarán esta información, en principio, para siempre, por mas que la intentemos eliminar. Y en principio, guardada de manera segura, respetando la privacidad de los usuarios.
Big data presente aún en situaciones algo inesperadas
La implementación de soluciones de Internet de las Cosas (IoT) ha ampliados las capacidades de millones de dispositivos. Estos pueden colectar información de nuestra actividad y preferencias en cualquier tipo de circunstancias.
El taxy que solicitamos utilizando una aplicación segura en el celular. Nuestros pedidos de delivery de comida a domicilio, las vacaciones que nos tomamos recientemente. Todos estos eventos y actividades que realizamos se entrecruzan y disparan mas campañas de marketing teledirigidas. Campañas que muchas veces intentamos detener pero que nos persiguen.
Pero estos sistemas también recolectan información en momentos algo mas, inesperados. Cámaras ocultas en las calle oscuras que graban nuestros pasos. Cámaras dentro de los comercios o las estaciones de transporte público. El carro eléctrico que conducimos que registra cada lugar que visitamos. La pulsera digital que cuenta nuestros pasos o pulsaciones, que monitorea nuestro sueño. Los servicios médicos que utilizamos y los resultados de los análisis de laboratorio. Etc, etc, etc.
La versión 2.0 de lo inesperado del Big Data
Lo inesperado puede ir mas lejos y resultar exageradamente invasivo. El software instalado en la computadora por un jefe desconfiado. Un jefe que siente la necesidad de observar las páginas que visita un empleado. El drone que sobrevolaba mi jardín mientras tomaba sol tranquilo, hasta ese momento, junto a la piscina. La muñeca ¨que habla¨ con la que juegan muchas niñas. Que habla y que estudia a su compañera de juegos. La pulsera que llevan algunos empleados estatales en el Reino Unido y que supervisa sus movimientos. Incluso las veces que visitan el «toilette».
Sumado a lo anterior, debemos considerar los mas recientes altavoces inteligentes que se irán adueñando de nuestra casa u oficina. Esos pequeños asistentes virtuales o robots que comenzamos a instalar en nuestros hogares para relacionarse con nosotros o con nuestros niños. Lo anterior y mucho mas ha ido permitiendo la ampliación de los momentos de interacción con servidores en la nube. Colaboramos en crear el big data que registre cada evento, actividad o paso que damos.
Big Brother y Big data: juntos para servir mejor
Al incorporar herramientas de automatización de marketing, estas tecnologías analíticas permiten conocer las preferencias de cada usuario antes de interactuar con ellos en campañas de marketing online y redes sociales. Soluciones de inteligencia de negocios (BI) y data mining permiten el tratamiento masivo y analítico de los datos. Estas herramientas posibilitan segmentar mas precisamente la audiencia y analizar mejor su comportamiento, considerando diferentes patrones demográficos.
Al entender mejor los intereses de diferentes grupos y tribus, una organización aumenta su capacidad de crear nuevos productos y servicios, de tener una visión integral del otro. De esta manera incrementa su capacidad de detectar oportunidades y prestar una atención personalizada. Al mismo tiempo permiten elaborar propuestas de valor enfocadas y lanzadas en el momento preciso, identificando comportamientos recurrentes y tendencias.
Aquellas instituciones que sean capaces de analizar y generar valor a través de estos datos, conseguirán una importante ventaja competitiva, mejorando el autoconocimiento, el de sus productos, servicios y, sobretodo, de sus usuarios. Por consiguiente brindando un mejor servicio y experiencia.
Marcos Daniel Martinez
Emprendedor en software de negocios, chatbots e inteligencia artificial.
Administrador de empresas.
Mas de 20 años de experiencia en la dirección de empresas de software propias o de terceros. Ocupó cargos de gerencia general en países como Suecia, Panamá, España, Argentina, Polonia o Portugal.
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